Mi verdadera vocación era ser sexador de pollos, pero tomé la vía fácil, la música... y ¡donde va a parar! Ahora desayuno langosta, mis criados satisfacen todos y cada unos de mis deseos y vivo en un maravilloso palacio de marfil.
El mundo gira en torno a todo lo que reporta un beneficio material a corto plazo. La música reporta, ilusión, decepción, rabia, alegrías, pero beneficio material... ¡no mucho caballero! Porque soy un artesano sin ingresos, pero un artesano feliz.
Y quizás sea esa lucha continua por salir a respirar la que haga que caer rendidos a los pies de Orfeo sea un acto de valentía en sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario