domingo, 1 de noviembre de 2015

Está difícil ser optimista

Está difícil ser optimista. En cualquier ámbito. Los únicos que aspiran al optimismo son los que ya han caído en la trampa del trabajar, ahorrar, comprar; pero que no os engañen, que sean optimistas no quiere decir que sean felices. Cualquier cosa que se salga de ese círculo no tiene cabida, o si la tiene es mínima. Los asuntos importantes se han dejado de lado por centrarse demasiado en el ciclo de la economía.
 

En Costa Rica no se fabrican tantos coches como en EE.UU. o España, pero al parecer (según unos estudios que no voy a citar porque esto no es una tesis), la gente es más feliz. Es curioso ver los telediarios abrir con noticias tipo, ‘la economía española ha crecido nosécuánto’. Eso se traduce en beneficios para los de siempre, pero para los que no formamos parte de ese grupo (el 99%) esas noticias ni nos van ni nos vienen. ¿O acaso tu vida es mejor porque haya subido el PIB?

El medio ambiente, la educación, la salud, o el arte han quedado sepultados bajo la frase “ahora hay asuntos más importantes de los que ocuparse”. Crecer, crecer, crecer, crecer... ¿Dónde queda aquello que nos llena y nos aporta identidad real, no una identidad en forma de números? ¿Dónde queda el pararse y disfrutar? 

K

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