domingo, 17 de enero de 2016

Aires de grandeza

¿Alguna vez habéis asistido a un cursillo intensivo sobre todo lo que ya sabéis? Yo sí, y muy a mi pesar, me lo he tenido que tragar enterito.

Resulta que tengo por ahí un montón de papás y mamás empeñados en enseñarme cosas, en mostrarme el camino correcto o en decirme lo que está bien y lo que está mal.

Pues sí, son esos aires de grandeza que tanto abundan el “mundillo de la música”, mundillo que para colmo, está tremendamente desprofesionalizado en muchas ocasiones, supongo que porque la música es “muy guay” y porque mola mucho subirse al carro y decir un montón de palabrejas en inglés que da igual que no sepas muy bien lo que son, siempre y cuando las digas mucho, conozcas a todo dios y lo flotes con todos los grupos que están en la onda.

Me han “reenseñado” (palabra inventada, lo sé) tantas cosas que he podido presenciar algo muy curioso; como mucha gente hacía verdaderamente el ridículo mientras ellos trataban de alimentar su ego a mi costa. Imaginad que hoy en día viene un tipo y te empieza a enseñar como tienes que lavarte el culete en la ducha, pues igual. Tiene su parte divertida el asunto, aunque me da la sensación de que como no seas un soberbio te va a tocar ser presa de la soberbia sobre la que se codean esas falsas altas esferas que manejan el cotarro y que resulta que están por encima de ti, aunque no sepan ni entonar el cumpleaños feliz.

Me voy a tomar la libertad de darles a esos farsantes de tomo y lomo uno de sus consejitos: cuando tratéis con una persona de la cual desconozcáis su trayectoria asumid simplemente que no sabes lo que sabe.

D

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