martes, 12 de mayo de 2015

La música y sus recuerdos

Todavía no he encontrado nada mejor que la música para no olvidar, nada mejor para evocar recuerdos pasados y conseguir revivirlos trasladándote a aquellos momentos tan preciados y tan intensos, aunque no siempre agradables, que se vieron reforzados por una letra, una canción o un disco y que hoy en día resumen lo que soy. 

Recuerdo días nublados, una bici endemoniada, mi peor enemigo en la habitación de al lado, decepción, impotencia, fracaso, una revelación… Recuerdo sonrisas cómplices y miradas terriblemente auténticas, caricias, la avocación al fracaso de un sueño genial, viajes al centro de un cuerpo perfecto... Recuerdo sorpresas desagradables, como cuando descubrí lo vulnerable y lo peligroso de sus carcajadas y sus mentiras piadosas. Recuerdo la energía mas increíble que haya podido sentir, las ansias de ser el mejor y el perfeccionismo mas obsesivo, tozudo y agresivo pero a la vez tan cierto y convincente. Recuerdo música. 

Todavía recuerdo la primera vez que entendí tu genialidad, la forma que tenías de crear y desvelarme así, cosas por entonces indescifrables que han forjado mi ser y mi vocación, fruto de la admiración y la pasión más sana y real.
 
Me enseñaste a no tenerle miedo al tiempo que se va, a asumir lo duro y largo que es el camino cuando te ves atraído por lo grandioso, pero a su vez haciéndome sentir siempre “algo más cerca que ayer”. Me enseñaste a distinguir entre lo que es mentira y lo que no es verdad y así entender lo poco importante que es a veces el mundo real. A apreciar lo aparentemente banal y corriente como si de un tesoro se tratase, a sentir “mi hogar en cualquier sitio”, a desterrar de mi vida a aquellos que llevan “barro y arena en el corazón” y a sentir en mí el poder de la fragilidad en medio de un “mundo descomunal”. Me enseñaste cómo vivir en una continua encrucijada y cómo rendirme ante mis desesperantes esfuerzos de no dejarme llevar, entregándome al azar y a las emociones más inciertas. Mi andar es también discreteo e indiscreta es mi alegría cuando echo la vista hacia atrás. 

Solo escribías canciones y yo las escuchaba. 

Hoy tengo la certeza de saber cual es mi mayor tesoro, porque gracias a él puedo viajar en el tiempo.

 

D

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