Ayer fui a un conciertazo. Playa Cuberris, nuestro grupo hermano, el grupo que nos acompañó la primera noche que nos subimos a un escenario, presentaba en El Sol su segundo disco, "Entrar a matar".
Y matando entraron, se desfogaron, dieron todo lo que tienen y llenaron de energía la sala, acompañados de amigos como Miguel Iglesisas y La Banda de Fesser, con un público volcado y agradecido por el espectaculo y el trabajo bien hecho.
Nunca había sentido tanto la felicidad ajena dentro de mí. Aunque cuando se trata de amigos, lo ajeno se convierte en propio.
Gracias hermanos.
JC